Defendemos Nuestro Derecho De Ser, Estar y Permanecer Aquí ~ A Los Gringos Los Sacamos ~ Se Nos Va La Vida ~ Desplazadas Nunca Más ~ El Desplazamiento Es Violencia AntiNegra
Estos fueron los mensajes directo y contundente escritos en las pancartas de les manifestantes de La Colectiva Feminista en Construcción (La Cole) mientras protestaban este pasado 8 de marzo, Día Internacional de La Mujer. Les participantes están en contra de las políticas del gobierno que [según elles], han provocado un mayor desplazamiento.
La organización feminista está condenando la corrupción gubernamental, la privatización y los abusos de los ricachones que oprimen a la clase obrera del país. Acusan al gobierno de alentar su plan de un ‘Puerto Rico sin puertorriqueñes’ y exigen que se ponga fin a las políticas y leyes que dicen intencionalmente crean escasez de vivienda y desplazamiento. Llevo casi dos años viviendo aquí y he visto lo suficiente para estar totalmente de acuerdo con La Cole y les manifestantes.
Como periodista de sangre puertorriqueña (llevamos siete generaciones en Borikén), el sufrir de mi pueblo se me hace palpable en cada entrevista y en cada conversación sobre la descolonización. Ya sea yo misma formando parte de una manifestación o viéndola por las redes, quedan grabadas en mi mente y en mi corazón las imágenes de nuestra lucha colectiva.
Y a pesar de ser nacida y criada en la ciudad de nueva york [en gringolandia], los estados unidos nunca fue mi hogar – nunca sentí que ese país fuera el mio. Ahora que vivo acá, entiendo mejor el por qué de ese sentir.
El gobierno y la junta no están tomando decisiones que beneficien a la gente y a partir de esas decisiones, nos están sacando del país. ~ Zoán Dávila, La Cole
Una Hija Regresa a Su Matria
Al graduarme de la universidad, empecé a viajar internacionalmente, muchas veces pensando en dónde mudarme. Treinta y cuatro países después, casi lo encontré, en Tanzania en enero del 2021. Ahí, comencé a escuchar los susurros de los ancestros: ví árboles flamboyanes con sus flores rojas, eran como los que recordaba de veranos de mi niñez cuando visitábamos a la familia (de parte maternal) en el campo de Trujillo Alto. También fue que me dieron de comer yuca (en África del Este le llaman ‘cassava’) y huevos sancochados – igual que se hacía en casa. La gente de Tanzania es cariñosa y les encanta recibir a huéspedes – así como es el boricua.
Pero aunque todo eso me hiciera recordar nuestra hermosa cultura, en verdad lo que hizo que llegaran lagrimas a los ojos fue cuando me estaba hospedando en la casa de la Mamá Miriam – donde me iba a quedar casi una semana mientras trabaja de voluntaria con mujeres jóvenes en Mwanza, en el norte del país. Al otro día (como yo había llegado tarde en la noche), me levanté y salí al balcón cerca de donde ella tenia las jaulas de gallinas. De momento escucho el quiquiriquí de un gallo.
Lo que sentí fue algo raro – no me lo esperaba. Era un sentimiento que me llego a lo más profundo de mi ser y ahí fue que entendí, la Madre Borikén me llamaba. Y es que hacia hay que entender que en ese momento que pasó eso en Mwanza, hacia casi siete años que mis pies no tocaban suelo borincano.
Luego, de regreso a USA, tuve un sueño con Freddie, un primo que mataron hace más de 30 años. Entonces, no recuerdo si fue un semana después o algo así pasó otra cosa – estaba en mi cama (de noche) y sentí el aura de mi Titi Eva (a quien nunca conocí en vida ya que ella también le quitaron la vida). No puedo explicar cómo sé que es ella y quizás suena un poco raro, pero para mi no hay duda que fue su presencia aquella noche en mi cuarto.
Ese año, hice tres viajes a Puerto Rico para reconectar con mi familia, mi cultura e historia. Yo le decía a la gente ‘no estoy ni de vacaciones, ni de paseo, ni de viaje – vine a esta tierra ancestral para reconectar con mis raíces, vine a conocer a les compañeras que están luchando por Borikén, vine a recomenzar a aprender quien soy y quien siempre fui.
El 30 de noviembre del 2021, con el pasaje de ida escaneado a mi celular, me monté en un avión y me mudé acá – a la matria. Ese día fue el comienzo de mi renacer.
Más que Una Protesta
El pasado 8 de marzo en el Día Internacional de la Mujer, les manifestantes del grupo feminista La Cole dirigieron su rabia hacia las oficinas de La Junta [de control fiscal], impuesta por EE UU como parte de PROMESA, la Ley aprobada por el Congreso en 2016 para ayudar al archipiélago a salir de su deuda original de 73.000 millones de dólares. PROMESA (Puerto Rico Oversight, Management and Economic Stability Act), fue promulgada durante la administración Obama para administrar las finanzas de Borikén.
Les manifestantes dicen que el desplazamiento es un problema grave no solo en su comunidad de Río Piedras, sino también en todo Puerto Rico. Los hechos y las estadísticas que he descubierto durante mi reportaje corrobora los señalamientos de La Cole. Elles dicen que las acciones y políticas de La Junta están acelerando el desplazamiento. Y hay que ver de qué se trata todo esto, por ejemplo, como la legislación promulgado incentivos hace más de una década (la Ley 22). En el 2012, la Ley de Inversionistas Individuales proporcionaba incentivos a los nuevos residentes elegibles del archipiélago, protegiendo efectivamente el 100% de sus ingresos de intereses, ganancias de capital y dividendos.
En julio del 2019 la Ley 22 se actualizó convirtiendose en la Ley 60, el Código de Incentivos de Puerto Rico, lo cual fue destinado a estimular la económica del territorio estadounidense y atrayendo multimillonarios a establecerse en Puerto Rico. Uno de los requisitos del codigo es que estas personas mudandose al archipiélago no pueden haber sido residentes de Puerto Rico durante al menos los últimos 10 años.
Como consecuencia de este requisito de residencia, muchos de quienes se benefician de la Ley 60 son los ricos gringos.
La Ley 60 no es la única fuerza que fomenta el desplazamiento – El huracán María, que devastó el archipiélago en 2017, atrajo a ricos no isleños que buscan comprar propiedades por dinero.
Estamos viendo esto ahora, después de los incendios de Maui), pero los puertorriqueños ya están familiarizados con la prisa por comprar bienes raíces después de una calamidad. Poco después de María, la gente rica que podía pagar en efectivo descendió a la isla, comprando propiedades como inversiones o como casas de vacaciones. Esto hizo difícil o imposible que les puertorriqueñes de clase media y obrera compitieran en el mercado de la vivienda.
Esta dinámica exacerbó la ya aguda escasez de viviendas asequibles y lo que el gobierno puertorriqueño llama vivienda de interés social, un programa para satisfacer las necesidades de vivienda de las poblaciones vulnerables.
Cuando iba a ver casas o apartamento, en un momento dado hablé con un realtor que me dijo ‘si, nosotros preferimos alquilarle a gringos porque el proceso es mucho más fácil, nos dan el dinero bien rápido.’ [Los gringos] Les ofrecían más a los dueños de las casas (‘ah, tu anuncio está en tanto, te doy más y te adelanto seis meses de renta’). ~ Suzette Quiroz, residente de Aguadilla
Lo de Airbnb
El aumento de los alquileres a corto plazo, como Airbnb, en Puerto Rico también ha afectado el suministro de viviendas asequibles. El número de alquileres de vacaciones se ha ido aumentando, con mayores concentraciones en ciudades costeras como Rincón, Aguadilla, Isabela y Cabo Rojo en el oeste, y Dorado, Loíza y San Juan en el norte.
Según el Informe de Políticas del Centro para una Nueva Economía de diciembre de 2022, El impacto de los alquileres a corto plazo en Puerto Rico: 2014-2020, el mercado de alquileres a corto plazo se está concentrando cada vez más donde los anfitriones acumulan una proporción desproporcionada de propiedades.”
En el informe, algunos residentes dijeron que los inversores individuales, particularmente aquellos que han obtenido exenciones de impuestos a través de la Ley 60, han acumulado propiedades, desalojado hogares y convertido unidades de vivienda en STR.
Mayores restricciones sobre estos alquileres pueden venir como resultado de una revisión de la Cámara de Representantes de Puerto Rico de la legislación conocida como Proyecto de la Cámara (HR Project) 1557. Pero hay que ver hasta donde pueden llegar tal restricciones (si es que se dan). En mi entrevista con Raúl Santiago Bartolomei, Catedrático Auxiliar de la Escuela Graduada de Planificación de la Universidad de Puerto Rico (Río Piedras), él nos da sus perspectivas al respecto.
“Yo diría que es bien limitado lo que esta propuesto porque no está pensado más bien en atender el problema de vivienda sino que está pensado en regular los alquileres a corto plazo por su efecto sobre competencia hacia hoteles y paradores. Yo creo que también otro obstáculo grande aquí es que ya el ejecutivo ha sido claro, el gobernador a sido claro que no encuentra que esto es un problema y no ve un conflicto de interés con el hecho de que su hijo sea el anfitrión que más propiedades administra en todo Puerto Rico. Entonces ante ese escenario se puede dar que cualquier regulación bien estricta sobre alquileres a corto plazo muy posiblemente vaya a ser vetada por el gobernador.”
La Isla Nena
A seis millas al este de la isla grande se encuentra Vieques, conocida como La Isla Nena, una pequeña isla de 52 millas cuadradas con costas prístinas, un ambiente relajado y la bahía bioluminiscente más brillante del mundo. La crisis de vivienda asequible también vive allí, con una diferencia única – los residentes locales han sido desplazados sistématicamente desde 1941, cuando la Marina de los EE.UU. se apoderó de casi el 70% de la isla para establecer una base militar para la práctica de bombardeos.
En una entrevista que tuve con Viequense activista (y enfermera de 20 años), Zaida Torres pude llegar a ver un poco la situación en La Isla Nena. “Desde el punto de vista de desplazamientos del nativo Viequense hacía otros pueblos por medio de la compra y venta de terrenos, eso se ha dado desde nuestra lucha contra la Marina y después de terminar esa lucha. Pues ¿cómo se da ese desplazamiento? Comienzan a –por la necesidad económica que tiene el Viequense- visitarnos norteamericanos y de diferentes nacionalidades a comprar las casas de los Viequenses ofreciéndole unas cantidades exorbitantes de dinero que lo que hace es encarecer la venta de viviendas. Pues, [por ejemplo], una vivienda que en realidad te puede costar $80,000, ellos [los extranjeros] venían y pagaban $200,000 por ahí – un dinero fuera de lo normal. Y la gente, pues yo pienso pues con su problema económico y social lo veían como una alternativa de tener dinero y poder tal vez irse a mudarse a otro sitio.”
Y aunque solo he estado una vez en esa islita tan encantadora (en agosto del 2022), sí entiendo un poco de lo que habla Torres ya que recuerdo haber ido al Malecón buscando un restaurante de dueños boricuas. Fuimos a cuatro lugares y solo encontramos uno (al momento no recuerdo el nombre) donde pude hablar con la dueña – y desafortunadamente, ella me confirmó que su negocio era el único de dueños puertorriqueños. Esa breve conversación y hablar con la pareja que nos hospedó esas 4 noches (ella es Viequense y él es natural de Carolina), me hizo entender que la situación de apoderamiento de los gringos y otros extranjeros en la isla es un problema enorme.
Para este reportaje, también pude hablar y entrevistar a una residente y activista de Vieques, Judith Conde Pacheco. Ella, es la co-fundadora (junto a quien fue su gran amiga, Gladys Rivera) de Alianza Mujeres Viequenses, una organización feminista activista que surgió tras la muerte de David Sanes Rodríguez para atender las necesidades e inquietudes de la féminas de la Isla Nena (en temas relacionados a los sin numero de abusos de la marina estadounidense y también en temas comunitarios, como la salud, vivienda y desplazamiento, entre otros). Me dijo Conde Pacheco “Cuando decimos ‘Vieques es nuestra casa‘ lo decimos literalmente y metafóricamente – TODA la isla de Vieques es nuestro hogar.”
Me tomo varias semanas poder terminar este reportaje. Lo hice porque entendía (y sigo entendiendo) que aunque es un tema muy amplio y que se han hecho muchos escritos sobre el mismo, yo quería hablar con algunes boricuas, personas en esta lucha y quienes aman a nuestro país. También lo quise hacer porque una de mis prioridades al mudarme a mi tierra ancestral es escribir nuestras historias, centrándome en la fuerza y la belleza de nuestra gente. Y mismo si entiendo que este tema afecta a todo nuestro pueblo puertorriqueño, (como siempre hago en mis escritos y entrevistas) me enfoco en nuestras comunidades vulnerables, en las guerreras féminas, en la clase obrera de la cual me enorgullece ser parte, y siempre llevando nuestras herencias indígenas y africanas en alto.
A los 53 años llegue a entender que Borikén siempre fue mi hogar. Honrar esta matria significa luchar por ella, apoyar a mi gente hermosa, aportar mis granitos y hacer todo lo que pueda para que nuestra juventud entienda que no tenemos que envidiarle ni a los gringos ni a ningun otro pueblo. Entiendo que me toca defender nuestra cultura donde sea y enfrentarme a quien sea sin temor, sin pedir excusas ni perdón. Por todo eso continuo con ese enaltecer lo que somos – porque nuestra cultura es lo máximo y porque para mí, irme de Puerto Rico no es una opción.
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Agradecida a todes y a todos por su aportación, por su tiempo, su paciencia y su compromiso con nuestra matria.
Notar: foto de la portada del escrito es de un flyer de La Colectiva Feminista en Construcción.
El original (inglés) de este reportaje fue publicado en Palabra (NAHJ – de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos) el 2 de septiembre 2023.
